Está previsto que el próximo viernes 20 de Marzo se produzca un eclipse de sol que en España será parcial. El porcentaje máximo de oscurecimiento del sol por parte de la luna estará alrededor de la mitad del total de la esfera solar, aunque en Galicia se apreciará con mayor ocultación este eclipse (llegando hasta e 75%). El máximo de visibilidad será entre las 10 y 10.20 horas, y terminará entre las 11h y 11.30 horas. Sin embargo desde Escandinavia, el eclipse será prácticamente total y total desde el polo norte.
La visualización de un eclipse solar (total o parcial) es uno de los espectáculos astronómicos naturales más interesantes para el ser humano. El eclipse solar anteriormente visible en nuestro país fue el 3 de noviembre de 2013 y el próximo eclipse de sol parcial previsto es el 21 de agosto de 2017. El eclipse que apreciaremos próximamente es inmediatamente anterior a un eclipse total de Luna que ocurrirá en Abril de 2015.
El sol emite energía calórica y luminosa. Sabemos que la radiación solar que alcanza la superficie de la Tierra varía desde el rango de la luz del espectro visible sino también del infrarrojo y el ultravioleta. Esta última, presenta una radiación en longitud de onda que oscila desde 290nm a menores longitudes en el rango de metros. Cuando el globo ocular recibe la luz, los tejidos transparentes del ojo (córnea, cristalino, humor acuoso, humor vítreo) transmiten una parte de la radiación entre 380 y 1400nm de longitud de onda, hasta la retina. La retina, y más concretamente su parte central, la mácula (parte con la que podemos ver nítidamente los objetos), posee pigmentos para protegerse de la luz, entre ellos la luteína y la zeaxantina (carotenoides).
No obstante, todos los años en que ha habido un eclipse solar han existido publicaciones de casos con pérdida de visión al exponerse a la luz solar sin protección ocular. El eclipse que se vio en Europa el 11 de Agosto de 1999 provocó lesiones en la retina que se han descrito en varios artículos. Dixsaut y cols. (Bull Acad Natl Med 2000) publicaron los resultados de un programa de prevención de complicaciones oculares de ese eclipse en Francia llevado a cabo mediante cuestionarios del Instituto Nacional de Salud Publica Francés. Se enviaron a 5.600 oftalmólogos del sector privado y público y a 500 unidades de urgencia en diversos hospitales. Se recopilaron 147 pacientes con lesiones retinianas asociada a la visión del eclipse, de los cuales 70 fueron severos (con agudeza visual menor de 0.2 es decir 2/10) y de ellos siete tenían la lesión en los dos ojos.
Sorprendentemente, las encuestas revelaron que sólo 4 pacientes con la lesión retiniana severa habían utilizado las gafas protectoras durante el tiempo que miraban al eclipse, lo cual es muy significativo. Además, 106 pacientes presentaron afectación corneal en forma de queratitis. También en Inglaterra llevaron a cabo un estudio nacional para delimitar las consecuencias del eclipse. Michaelides y cols., (Eye (Lond). 2001) describieron 70 casos de pérdida de visión en individuos de edad media 30 años. En el 84% de los casos la mácula presentaba una apariencia anormal. Y basándose en el mismo eclipse de 1999, Thanos, Heiduschka y Romann (Graefes Arch Clin Exp Ophthalmol. 2001) llegaron a la conclusión de que la exposición a la luz del eclipse provoca daño neuronal en la retina, lo que pudieron confirmar utilizando un modelo experimental en ratas que exponían a la misma intensidad de luz solar que la del eclipse de 1999. Y también sobre ese mismo eclipse, Nepp y cols. (Wien Klin Wochenschr. 2003) publican 43 pacientes afectos de disfunción de la superficie ocular en relación a las lágrimas. Los autores concluyen que después de visualizar un eclipse solar sin protección hay una alteración de la superficie ocular y de las lágrimas que permanece en el tiempo en muchos pacientes, ya que aunque la fracción lipídica y mucosa de las lágrimas se recuperó, nunca lo hizo la capa acuosa, con lo que los pacientes tuvieron que llevar tratamiento ininterrumpido por esta causa.
Otras importantes publicaciones describen varios casos, entre ellos Macarez y cols., (J Fr Ophtalmol. 2007) publican el caso de retinopatía solar bilateral subsecuente a visión directa de la luz del sol en un joven de 24 años que estuvo mirando 5 minutos con sus ojos completamente abiertos durante el eclipse parcial de 3 de Octubre de 2005. Se le apreció una visión de 0,8 (8/10) en el OD y de 0,6 (6/10) en el OI. En la exploración del fondo de ojo se observó una mancha amarillenta en el centro de la fóvea de ambos ojos. Li et al., (Indian J Ophthalmol. 2012) describen el caso de una mujer de 62 años que presentó una lesión macular que indujo una membrana epimacular al mes de la exposición al eclipse de 22 de Julio de 2009, y que precisó cirugía vitreoretiniana para restaurar la visión. Este mismo eclipse llevó a los japoneses a realizar una encuesta similar a la de los franceses del eclipse de 1999, lo que realizaron mediante un cuestionario del Comité Japonés del Año Internacional de la Astronomía, 2009. Los resultados se publicaron (Nihon Ganka Gakkai Zasshi. 2011) y describieron que entre todos los afectados destacaban un grupo de 14 personas (entre 16 y 54 años) que habían mirado el sol guiñando un ojo, o con algún artilugio protector como plástico, CD, bolsa, etc. lo que demuestra su nula efectividad. Y ya más recientemente, Khatib y cols., (J Optom. 2014) describen una serie de casos de retinopatía aguda tras visión del eclipse total de 4 de Enero de 2011, sin protección ocular apropiada. Todos los pacientes afectos tenían entre 14-29 años. Uno de ellos presentó una agudeza visual muy disminuida 0,2 (2/10) y la lesión macular demostraba afectación del epitelio pigmentario retiniano y de los fotorreceptores.
Por lo tanto, la evidencia científica confirma que la visualización del eclipse solar bien sea total o parcial puede dañar los ojos y favorecer la aparición de enfermedades como la disfunción de la superficie ocular, queratitis y lesión macular.
El Sol sólo puede ser visto directamente mediante los filtros especialmente diseñados para proteger los ojos.No se deben utilizar nunca dispositivos plásticos tintados que han demostrado su ineficacia (radiografías, plásticos, películas fotográficas) sino que se debe utilizar la gafa de sol especial que contenga los filtros más adecuados que impidan el paso de las radiaciones solares nocivas (radiación ultravioleta) al menos entre un 95-100% de la radiación. Cuidado, porque las gafas de sol convencionales no son capaces de proteger los ojos de la luz del sol durante el eclipse.
Las gafas adecuadas para visualizar de forma apropiada un eclipse son unas gafas de sol que en lugar de rechazar la radiación solar que incide sobre los cristales, la filtra para que pueda ser visible de forma saludable para todos. En el formato de venta las gafas son de montura de cartón y lentes de “tereftalato de polietileno” y solo son válidas para visión del eclipse solar. Hay que advertir que las gafas cuyas lentes no estén fabricada de acuerdo con las leyes de la Comunidad Europea (nº 89/686) y cuyo material no sea el nombrado anteriormente “tereftalato de polietileno” no son apropiadas para la observación del eclipse solar, y si se utilizaran esas gafas se debe esperar una complicación ocular inmediata, en muchos casos irreversible, con afectación de la visión. Se recomienda también aplicar lágrimas artificiales antes y después de una exposición a la luz del eclipse para evitar las complicaciones de la superficie ocular.
CUIDE SUS OJOS, CUIDE SU VISIÓN, CUIDE SU RETINA
SIRCOVA le recomienda que no mire directamente el eclipse solar del próximo día 20 de marzo de 2015 por el peligro que entraña para la retina. Provéase de las gafas adecuadas para visualizar dicho eclipse. Evite plásticos, radiografías o películas fotográficas. Su efecto protector es nulo.
SIRCOVA le ayuda a cuidar su retina. Cuide usted su salud visual.